La propiedad
planta y equipo adquirida por las empresas para su uso en la generación
de rentas es sometida a cambios por uso con lo cual también sufre cambios
en su valor razonable de venta o en su importe recuperable,
estos cambios no necesariamente significan que siempre su valor sea menor, en
algunos casos su valor con el paso del tiempo se ve incrementado como producto
del aumento de precios de los materiales de los cuales está compuesto, por
ejemplo: Imaginemos que una empresa
industrial compro una maquina compuesta en un 85% de acero inoxidable y el 15%
restante es un motor desmontable que le da movimiento a unas aspas. Fue
adquirida en el año 1995 a un valor de $25,000.
En el año 2016, la empresa decide
vender la maquina porque cambiara la tecnología de su línea de producción, reemplaza
su motor y la vende en $35,000. La máquina
estaba completamente depreciada, pero el valor del acero inoxidable a partir
del año de compra incrementó exponencialmente. Su importe recuperable
al final fue mayor a su valor inicial.
La NIC 36 establece la
forma de estimar el importe recuperable, en relación con lo cual señala que
se hará: bien atendiendo al precio de
venta neto, bien al valor de uso. Es en este último concepto debemos hacer énfasis,
ya que se trata de introducir en el proceso
valorativo contable algo que es común en finanzas: la actualización de
flujos de tesorería, lo que requiere hacer estimaciones sobre el futuro y estar
pendientes con la tasa de
actualización, algo que genera alguna subjetividad en el proceso, teniendo
en cuenta que la norma establece que este tipo de evaluación se haga para cada activo individual.
Como no siempre es factible estimar los flujos de tesorería que
un activo de manera individual, se debe recurrir al concepto de unidad generadora de efectivo, esto
incluye aquel conjunto de activos organizados sobre los que es posible estimar
los flujos de tesorería futuros.